La directora rusa afincada en Canadá siguió durante tres años los pasos de una mujer que tiene acogidos a 16 niños negros en Ucrania, un país donde el racismo es algo cotidiano
Julia Ivanova aterrizó ayer en Tenerife con el tiempo justo para asistir a la proyección de su documental Retrato de familia en blanco y negro, que compite en el concurso internacional de largometrajes del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc, que se celebra hasta el próximo 5 de noviembre en el municipio tinerfeño de Guía de Isora (Islas Canarias). La película, rodada durante tres años, cuenta la historia de Olga Nenya, una ucraniana que tiene en acogida a 16 niños negros en un país en el que el racismo se respira en cada esquina. La implicación emocional de Ivanova en el proyecto fue tal que le costó su propio matrimonio, según relató ayer ella misma a los asistentes a la proyección.