Pradolongo, L’école nómade y Taking root son algunas de las películas exhibidas en la sala del cine Chimisay
El interés por la relación con la naturaleza y la inquietud que provoca el deterioro sistemático al que está sometida se sostienen con la misma eficacia en ficción y documental, aunque ambos géneros del cine empleen códigos y recursos diferentes en su narración. Las películas que se han exhibido durante una semana a lo largo de la XIV edición del Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias muestran una gran diversidad de enfoques y perspectivas.
El director gallego Ignacio Vilar ha escogido abordar la cuestión de la relación con la naturaleza dentro de una historia de amor y amistad. “No es difícil combinar ambos enfoques”, asegura el director de Pradolongo, que participa en la sección oficial en la modalidad de largo de ficción. “Tratar la cuestión ambiental es fundamental ahora, porque nos encontramos en un momento muy importante en el que todos tenemos que tomar conciencia de que debemos hacer algo”, asegura Vilar.
El realizador considera que un festival como el que se recupera en Puerto de la Cruz es una “apuesta decidida e importante” y señala que las grandes películas del futuro inmediato van a dedicarse al tema ambiental porque es ineludible no abordarlo. El público canario puede conocer Pradolongo gracias a este festival, porque “el cine gallego no puede llegar a las islas por el control que el cine estadounidense mantiene sobre la distribución de películas”.
Praolongo se filmó en el pueblo gallego de Vadeorras y la película rodó y se exhibe en gallego. El director asegura que es imposible plantearse la protección de la diversidad ambiental y no defender también la diversidad cultural.
Documentales
Los directores Alan Dater (Estados Unidos) y Michel Debats (Francia) han optado por el documental. Dater, junto a Lisa Merton, son los autores de de Taking Root: The Vision of Wangari Maathai (Echar raíces: La Vision de Wangari Maathai). Merton y Dater son documentalistas, pero, en cualquier caso, la realización de una cinta sobre la que luego sería Premio Nobel de la Paz, la ecologista keniata Wangari Maathai, sólo habría podido ser a través de un documental, según afirma el cineasta estadounidense, porque Wangari Maathai es un personaje “de mucho carisma, muy cinematográfico”, explica Dater.
Taking Root cuenta la historia del Movimiento Cinturón Verde de Kenia y su fundadora, Wangari Maathai, la primera mujer africana y primera ecologista en ganar el Nobel de la Paz. Maathai “es valiente, arrojada y una gran contadora de historias, siguiendo la tradición oral africana”, explica Alan Dater. La líder keniata se ha dado cuenta del conflicto que provoca la falta de árboles, que se encuentran en la base de la sequía, de los problemas de la agricultura, las carencias alimenticias, los problemas de nutrición de la infancia y la desazón de las comunidades. Su iniciativa de plantar árboles para recuperar el ciclo natural del agua y la agricultura movilizó a las mujeres de su país y es posible que se extienda hacia toda África.
Michel Debats, director de L’école nómade, también narra una historia singular a través del documental. Después de rodar el celebrado Nómadas del viento, el director francés se propuso hacer una película sobre osos. Buscándolos en Rusia se topó con la iniciativa de la etnóloga francesa Alexandra Lavrillier, que promueve entre el pueblo evenk la organización de una escuela nómada que permite a los hijos de este pueblo aborigen de Siberia el mantenimiento de su cultura y la educación de sus hijos. La escuela se adapta al modo de vida nómada después de que el gobierno ruso les autorizó a volver a su modo de vida tradicional como una fórmula para afrontar la crisis económica y social asociada al derrumbe de la Unión Soviética.