El interés constante por el cuerpo lleva al autor al trabajo de un taller de costura
Espacio Bronzo organiza la exposición Bazar Rivero, en la que presenta obras del artista tinerfeño Carlos Rivero y que estará disponible para el público desde el viernes 5 de noviembre hasta el viernes 11 de febrero en la sala lagunera ubicada en el número 19 de Núñez de la Peña. El autor presenta cinco piezas de cerámica habituales de su trabajo, combinadas con trabajo de tela, y una proyección de video.
El conjunto está formado por una escultura de cerámica, tres piezas de pared, de grandes dimensiones, hechas en tela, cerámica esmaltada y plastilina y un montaje en una mesa con piezas menores de tela y cerámica esmaltada. A ello se suma una pieza de videocreación que se proyecta en la misma sala. El título de la exposición y su montaje, en el que Rivero acaba de definir su propuesta, hacen referencia a “los bazares clásicos de toda la vida”, lugares donde se acumulan objetos que funcionan como datos de un archivo, pero también que “cuentan una experiencia”, detalla el autor.
El interés por el cuerpo, constante en la obra de Rivero, se manifiesta en Bazar Rivero a través de las manifestaciones de un taller de costura. “Siempre me han interesado los oficios, exigen rutina, control y disciplina, solo desde ese espacio soy capaz de tener una voz”, señala el artista. En los talleres que visitó en su pueblo desde su infancia, entendió que la confección de un traje requiere un proceso que incluye diversas tareas –copiar el patrón, hilvanar, deshacer para corregir, planchar antes de entregar la pieza tal y como se había diseñado originalmente– en el que “tiene que haber amor, el amor y el humor son dos emociones importantes para que la vida sea leve”.
A su juicio, la importancia de la levedad consiste en que “solo desde lo liviano podemos comprender la hondura de un rayo de luz que entra casual por una rendija de una ventana mientras estamos ocupados en lo que parece importante”.
Bazar Rivero remite también al procedimiento del trabajo del artista, porque el “coser, rasgar y reconstruir” que forman parte del ritual de cualquier modista es también “el mío en el estudio”. El autor reflexiona en el texto que acompaña a su propuesta en Espacio Bronzo: “Disciplina y desprecio al trabajo hecho, autocontrol e irracionalidad, estudio previo, pero al final la paranoia como método de conocimiento y de comunicación. Dibujar cosiendo para luego darle la vuelta a la tela y ver lo que no estaba previsto que fuera visible, esperar siempre que el milagro surja sin esperarlo”.
“El método es el azar”, insiste, pero al azar “hay que convocarlo para que actúe”: “convocarlo y, sobre todo, saber reconocerlo”. Esto es algo que ocurre no solo con los artistas: “En el interior de cualquier persona hay dibujos extraños esperando que alguien los descubra y deseamos a veces que, tal vez un desconocido nos meta su mano por nuestra boca y muestre nuestro envés, sobre todo ante nuestros propios ojos para poder reconocernos luego ante el espejo”.
Carlos Rivero nació en 1964 en Valle Guerra (Tenerife). Estudió Bellas Artes en la facultad de La Laguna y terminó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid con la especialidad de grabado. Ha mostrado su obra en exposiciones individuales en galerías de Madrid, como Galería Estampa o Tercer Espacio, y en colectivas en la misma ciudad, como las de la Galería Fernando Pradilla. Actualmente reside en Tenerife, donde expone regularmente. Entre sus exposiciones cabe citar Ciénaga, en la sala Sac o el Gabinete Literario de Las Palmas, sus participaciones en el CAAM en On paiting o en 7.1 Distorsiones, documentos, naderías y relatos. Ha expuesto también en el TEA en las exposiciones Se rompió el cántaro o Zoologías fantásticas. Entre sus exposiciones individuales más destacadas se encuentran Joyas bárbaras, en el Círculo de Bellas Artes; Cinismo o supervivencia, en el Ateneo de La Laguna; Doble su memoria, en la galería Artizar; y Muerte y resurrección, en BIBLI. Sus exposiciones más recientes son Tiempo de Vigilia. Museo de Bellas Artes de Tenerife (2018); Por eso siempre hay una luz tintineando en mi ventana, en BIBLI (2020) y en Fundación Francis Naranjo de Las Palmas de Gran Canaria (2021). Otras intervenciones artísticas son sus videocreaciones Historias ejemplares, mostradas en TEA (2019) y las performances Eclipse, (2018) y Cruz, Perro Maldito (2017), ambas en BIBLI. Piezas suyas forman parte de la colección del TEA. En Espacio Bronzo presentó en 2014 Las vírgenes locas y, en 2017, La noche severa.
Espacio Bronzo
El Espacio Bronzo es un centro de referencia del arte escultórico en Tenerife: la sala da cabida también al trabajo artístico basado en instalaciones, la joyería y la artesanía. Sala de arte y tienda, es una iniciativa del taller de fundición Esculturas Bronzo, concebida como un espacio de actividad cultural dedicado a la escultura, el diseño y la joyería. La sala lagunera cumple en breve sus seis años de existencia, convertida en un punto de encuentro curioso en el que se unen el público y los artistas plásticos que residen o trabajan en las Islas.
En paralelo a la sala, Bronzo muestra al público los objetos singulares que el taller de fundición artística elabora al aplicar la técnica escultórica no solo a piezas de arte, sino también a piezas de diseño o funcionales que lleguen a todo el público. Con este planteamiento, Bronzo presenta tanto esculturas de autor, de los muchos escultores con los que trabajan habitualmente, como series de producción limitada diseñada y elaborada por los escultores del taller. Esculturas Bronzo está formado por los escultores Francisco de Armas, Evelina Martín y Ventura Alemán, licenciados en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna.