La artista Beatriz Ballester cita a quienes quieran reflexionar sobre las piezas y su evolución a lo largo de un mes en la sala lagunera
Espacio Bronzo convoca al público a participar en las acciones de clausura de la exposición Engerundiando este viernes, 21 de febrero. La artista Beatriz Ballester cita a quienes quieran reflexionar sobre las piezas expuestas y su evolución a lo largo de un mes en la sala lagunera. Engerundiando diálogos es el nombre del programa de clausura, un título que engloba dos acciones diferentes y que muestra la intención de Ballester de mantener la exposición “en un continuo hacerse” hasta el último momento, en esta ocasión, mediante una reflexión colectiva sobre el proceso que han experimentado las piezas, la instalación y el público.
“Prefiero trabajar desde el desprejuicio, que la gente vivencie y luego se pueda hablar”, asegura la artista. Por este motivo, Ballester procura “poner escondidito” el cartel con el nombre de las obras, para que estas no funcionen “como una foto fija, a la que la gente observa y solo decide si le gusta o no”. Con esa misma filosofía, la autora cita al público este viernes: “nos encontraremos para compartir y profundizar engerundiando a través de la palabra”, subraya.
La artista da más importancia a las clausuras que a las inauguraciones y en el momento en que la instalación performativa está concluida se propone para ese último día reunirse con quienes quieran dialogar sobre la obra con todo lo que aporten quienes participen en esa última actividad. Esta primera parte, el diálogo, se desarrolla a partir de las 18.00 horas del 21 de febrero. La segunda parte de la convocatoria consiste en la clausura en sí. Consiste en un nuevo recorrido por la sala a medida que el público va llegando, para observar cómo han quedado las piezas tras su desarrollo a partir de su instalación el día de la inauguración. Seguidamente, Ballester presentará una performance y, tras su conclusión, se degustará un brindis elaborado por Eduardo Ruiz Muñoz, que elabora comida concebida como una propuesta artística.
Ballester presentó al público de Bronzo la lana como material para uso artístico, al usar no solo la lana y el tejido elaborado con ella, sino también su propio proceso de limpieza y elaboración como material artístico. La autora propuso a la sala una instalación performativa, en la que además de las piezas expuestas se utiliza el propio contenedor de la sala como parte constitutiva de las propias obras. Así, propuso una invitación a que en la sala ocurran cosas, por lo que el tiempo de permanencia en ella y la acción del público presente constituyen también parte de la exposición.
El título de la exposición remite a la acción continuada, en desarrollo, a la que da cuerpo la forma verbal del gerundio y hace una referencia al proceso que ocurrirá una vez inaugurada la muestra, a “la conversación con los entres y los entes, que también intervienen”, dijo Ballester al explicar que justo ese espacio donde se da la conversación es el escenario de un caos que va más allá de los procesos y las técnicas aprendidas por artesanos y oficiantes, a los que califica de “sutilizadores de la materia”.
“Nos sabíamos solos y no lo estábamos –añade la autora–. Es como si ese fluir de la materia burda desde la que partimos al objeto final se atravesara de miles de conversaciones posibles que nos rompen la imagen inicial que teníamos y nos invitaran a indagar otras posibilidades y técnicas acordes con esas conversaciones, dando posibilidad en todo ese movimiento a instantes de forma. Engerundiando son instantes captados de todo ese trasiego” y por eso la obra no quedó concluida cuando se colocó en la sala, sino que siguió viva y se fue redefiniendo en su contacto con el público.
Trabajadora de la lana, Beatriz Ballester pretende explorar todos los aspectos de un material tan asociado a la cultura humana desde la antigüedad y que es capaz de incorporarse a los nuevos tiempos, tanto desde la fabricación de elementos de lana de uso tradicional, como para usos propios de la sociedad contemporánea. También ha empleado la lana con fines didácticos y hasta terapéuticos. La vida de la lana desde que es el pelo del animal hasta que se convierte en material constituye para ella un camino de autoconocimiento personal a través del tacto, el olor, el color y la forma, vías de conocimiento que también pueden asociarse a procesos terapéuticos y sanadores.
Espacio Bronzo
El Espacio Bronzo es un centro de referencia del arte escultórico en Tenerife: La sala da cabida también al trabajo artístico basado en instalaciones, la joyería y la artesanía. Sala de arte y tienda, es una iniciativa del taller de fundición Esculturas Bronzo, concebida como un espacio de actividad cultural dedicado a la escultura, el diseño y la joyería. La sala lagunera cumple en breve sus seis años de existencia, convertida en un punto de encuentro curioso en el que se unen el público y los artistas plásticos que residen o trabajan en las Islas.
En paralelo a la sala, Bronzo muestra al público los objetos singulares que el taller de fundición artística elabora al aplicar la técnica escultórica no solo a piezas de arte, sino también a piezas de diseño o funcionales que lleguen a todo el público. Con este planteamiento, Bronzo presenta tanto esculturas de autor, de los muchos escultores con los que trabajan habitualmente, como series de producción limitada diseñada y elaborada por los escultores del taller.
Se trata de objetos fundidos en bronce, aluminio o plata que pueden ser objetos decorativos, pero también funcionales —lámparas, relojes, mobiliario, joyería—, además, el público puede pueda encontrarse en este espacio con los miembros de la fundición, ya sea para proponerles una personalización de los objetos que están en la tienda, como para crear nuevos objetos con sus propias aportaciones, ayudándolos a recorrer el camino de la idea al objeto. Esculturas Bronzo está formado por los escultores Francisco de Armas, Evelina Martín y Ventura Alemán, licenciados en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna.