El vicepresidente del Cabildo afirma en MiradasDoc que la corporación insular intentará paliar la disminución de fondos estatales y mantendrá las camas concertadas en 2013
El vicepresidente del Cabildo de Tenerife y consejero insular del Área de Bienestar, Sanidad y Dependencia, Aurelio Abreu, que participó este miércoles en el coloquio Documental y dependencia, organizado por MiradasDoc, agradeció la sensibilidad del festival con los problemas sociales y aseguró que «el documental es un excelente vehículo para crear conciencia sobre la dura realidad de la dependencia».
El coloquio, que estuvo moderado por la concejala de Servicios Sociales, Tercera Edad y Colectivos de Atención Especial de Guía de Isora, Raquel Gutiérrez García, contó con la presencia del director gallego Otto Roca, que participa en la sección oficial del festival, concretamente en el concurso de ópera prima, con su documental Piedad (71´ / 2011 / España), que recoge el éxodo rural y la lucha entre el olvido y el recuerdo de una mujer de 76 muy apegada su tierra y que padece el mal de Alzheimer.
Tras la proyección de la película, el vicepresidente del Cabildo felicitó al director por lograr plasmar «en una hora escasa» la evolución de una enfermedad que se prolonga entre 10 y 15 años e hizo hincapié en la soledad y el asilamiento al que están condenados los pacientes de alzheimer, sus cuidados y sus familias.
Abreu aseguró que la corporación insular intentará paliar el brutal recorte de los fondos estatales en materia de dependencia y asuntos sociales y garantizó que en 2013 se mantendrán las camas concertadas. El consejero advirtió que no es un momento fácil para asumir responsabilidades sociales, pero «no podemos permitirnos el doble desarraigo; tenemos que descargar de responsabilidades a las familias y potenciar la asistencia a domicilio». En este sentido, apuntó, estamos trabajando conjuntamente con los ayuntamientos.
Por su parte, el director de Piedad insistió en la importancia del papel de los cuidadores y destacó que generalmente son mujeres, que «deben atender a sus familiares 24 horas al día, sin descanso alguno; ni siquiera cuando no están con ellos pueden dejar de estar pendientes». De su experiencia mientras hacía el documental, afirmó que tú entras en esa familia y puedes incluso convivir 24 horas —en su caso estuvo en el pueblo originario de la protagonistas conviviendo a solas con ella doce días y otros periodos con ella y su familia—, pero luego te vas; ellos conviven con la enfermedad todo el tiempo».
Parta Otto Roca, los silencios de Piedad durante su película son tan significativos que, cuando camina por su pueblo natal o cuando está recluida en la cada, se convierte en elocuentes explicaciones de la perdida, de la soledad y del olvido incluso de la propia esencia. «Piedad me ha cambiado la vida», concluyó.