La investigadora Nieves Santana explica, en el curso de la UIMP sobre las leyes de igualdad en las Islas, que solo un 22% de las microempresas son iniciativa femenina
Las mujeres canarias que se deciden a montar una microempresa (de menos de diez trabajadores) son por lo general más jóvenes y con más formación académica que los hombres que emprenden idénticas iniciativas. Esta es una de las conclusiones del proyecto Scitecan (Innovación, Tecnología y Economía del Conocimiento en las Microempresas Canarias), financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno de Canarias. Sin embargo, solo un 21,7% de las microempresas de las Islas han sido creadas por mujeres.
Así lo explicó ayer en la sede del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife la investigadora y miembro de ese grupo Nieves Santana en el transcurso de la conferencia El papel de la mujer en las microempresas canarias. La conferencia forma parte del curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Las leyes canarias de igualdad y participación: normas para una sociedad del siglo XXI, que concluirá el próximo viernes, día 8.
El citado trabajo, algunos de cuyos detalles Santana expuso en compañía Marcel Bonnet, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna y miembro del grupo Scitecan, revela que la edad de la mayoría de mujeres que ponen en marcha una microempresa en las Islas oscila entre los 35 y los 44 años frente a los 45-54 de los hombres. La investigación arroja igualmente que en casi todos los casos –tanto entre hombres como entre mujeres– la razón para montarla fue la existencia de una “oportunidad de negocio”.
El estudio indica que las mujeres no se suelen asociar en colectivos que defiendan sus intereses empresariales, y su equipamiento tecnológico es por lo general de peor calidad que el de las microempresas establecidas por hombres. Por sectores, la actividad a la que más se dedican las emprendedoras es la comprendida en la categoría de “actividades artísticas” (especialmente ludotecas y tareas de costura), así como a servicios sanitarios y educación.
Otro dato significativo del estudio señala que la mayoría de las empresas que no tienen ordenador ni internet están dirigidas por mujeres, pero las que sí disponen de estas herramientas suelen además contar con página web en el caso de las iniciativas femeninas, que superan en este aspecto a las masculinas.
Marcel Bonnet destacó en la conferencia la importancia de este estudio, primero de su naturaleza en Canarias, dado que el 95% del total de empresas españolas tienen menos de diez trabajadores. En la encuesta, realizada por Scitecan el año pasado entre un total de 434 microempresarios, se plasma “la realidad de la señora del mercado, del autónomo y de todos aquellos que no salen en las grandes encuestas”, dijo. Bonnet consideró, por otra parte, que la condición ultraperiférica de las Islas es un obstáculo más para la emprendeduría, que tiene que hacer frente a políticas comunitarias que no suelen favorecer iniciativas de esta naturaleza.