Salvador Ordóñez defiende el reto de la heterogeneidad de los centros universitarios en su intervención en el ciclo “Modelos universitarios y crecimiento económico” de la Fundación Pedro García Cabrera
El Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Salvador Ordóñez, apuesta por un modelo universitario que dé cabida a la heterogeneidad de las ofertas académicas y de los perfiles de cada centro, de forma que unas Universidades brillen por unas características y otras por rasgos diferentes. Se trataría de garantizar la especialización de los centros, no sólo de docentes y estudiantes: “Las universidades deben especializarse, no deben ser cada una repetición simétrica de la otra”, señaló ayer en el curso de la conferencia que pronunció en Santa Cruz de Tenerife, dentro del ciclo Modelos universitarios y crecimiento económicode la Fundación Pedro García Cabrera.
Cada centro universitario debería encontrar un perfil que lo distinguiera, propuso el Rector de la UIMP, quien subrayó su propuesta con la conclusión: “cualquier título es bueno si tiene reconocimiento” y con la idea de que “la atractividad de un sistema es un buen indicador de su calidad”. En la línea de buscar su propia especialización, “todo se puede hacer”, porque “no todas las universidades pueden hacerlo bien todo”. Los sistemas universitarios, según este criterio, “no deben ser homogéneos, deben ser heterogéneos, aunque comparables”.
La especialización puede llevar a que unas universidades estén enfocadas a garantizar la empleabilidad a través de los títulos que ofrece, mientras que otras destaquen por su orientación a la investigación. En este sentido, citando a Ortega, recordó que “la ciencia es únicamente la investigación; ciencia es crear, no transmitir conocimientos ni transferir tecnología”, afirmó. Sin embargo, en la Universidad “no todo debe ser investigación”, añadió Ordóñez, quien defendió superar la diferenciación entre ciencia, humanidades y artes y apostó porque la orientación de la singularidad de los centros dé cabida a la creación artística y literaria y a la actividad deportiva.
Salvador Ordóñez, catedrático de Petrología y Geología y que ha sido Secretario de Estado de Universidades e Investigación en el Ministerio de Educación y Ciencia entre los años 2004 y 2006, destacó también su inquietud por la inversión que debe sostener la evolución de las universidades: “si no hay dinero, esto no funciona”, subrayó.
El modelo de la UIMP
El debate del modelo universitario no está cerrado en España, “llevamos debatiéndolo desde que Fernando de los Ríos hizo su propuesta en 1932”, dijo Ordóñez. El Rector de la UIMP hizo una breve reseña histórica de los sistemas universitarios y apostó claramente por el de la Menéndez Pelayo, que calificó de “humboldtiano”, por inspirarse en los principios de Wilhelm Humboldt, un sistema que apuesta por la incorporación a la docencia de los resultados de la investigación, en el que el docente es “un alumno con más experiencia”.
A esta orientación, Salvador Ordóñez añadió otras características que forman parte de la UIMP desde su origen o que ha ido adquiriendo la Universidad Menéndez Pelayo en el curso de los años: la incorporación a las redes sociales, a través de la Universidad 2.0, un sistema que permite la enseñanza en un plan abierto, el concepto de la formación como un proceso para toda al vida, la creación de “pasarelas” que permitan transferir información y conocimientos desde la Universidad a la Formación Profesional, la promoción de la movilidad tanto del profesorado como del estudiantado y “hacer a los estudiantes más participativos, haciéndolos más dueños de la Universidad a través de la gestión de sus propios intereses”, de forma que el estudiante se sitúe “en el centro de la Universidad, junto al docente”.
La conferencia del Rector de la UIMP se enmarca en el interés de la Fundación Pedro García Cabrera por abordar las recientes reformas que se están produciendo en toda Europa en los grados universitarios impulsados por el denominado Plan Bolonia, así como por el actual momento de crisis económica global. Los Campus de Excelencia Internacional (CEI), el reforzamiento de las disciplinas tecnológicas, y una mayor vinculación con el mundo empresarial son algunas de las recetas que se están aplicando para lograr que los conocimientos del sistema universitario tengan una mayor aplicación en el mundo social y empresarial.