El director presentó hoy en MiradasDoc el documental ‘El problema’, un duro retrato de la realidad saharaui expuesto de forma clara y pedagógica
Jordi Ferrer, co-director junto a Pablo Vidal del documental El problema, testimonio del pueblo saharaui, que se presentó hoy en la quinta edición del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc, considera que España tiene una enorme responsabilidad en el conflicto del Sáhara Occidental. Sin embargo, el asunto se trata en nuestro país “de una forma muy sesgada”.
Ferrer, que se encuentra en Guía de Isora con motivo de la participación de su trabajo en el concurso internacional de largometrajes de MiradasDoc, añadió que desde España se secundan acciones de calado en defensa de los derechos humanos en varios países, pero “cuando toca algo de lo que realmente es responsable, emplea la táctica del avestruz”.
El documental El problema hace un recorrido por el conflicto saharaui desde el año 1975, con la salida de España del territorio, hasta la actualidad, y se adentra en los orígenes históricos de la colonización, todo ello con un lenguaje pedagógico que explica el reciente devenir del Sáhara Occidental con sencillez y rigor. “Ese planteamiento pedagógico es consciente”, explicó Ferrer. El objetivo que buscaban los directores era que cualquiera pudiera entender con claridad qué ocurre en ese territorio. “Incluso personas vinculadas a la causa saharaui me han dicho después de ver la película: ‘Por fin lo entiendo’”, indicó.
La película llega a MiradasDoc después de obtener el Primer Premio Amnistía Internacional en el VIII Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, un galardón que ha amplificado su proyección. El problema viene a Tenerife, según su co-director, con la intención de que la dura realidad que soporta el pueblo saharaui no quede en el olvido. Ferrer resaltó asimismo la importancia que para la difusión de este tipo de trabajos tienen festivales como MiradasDoc, del que destacó que en su quinta edición está demostrando “que las cosas se están haciendo muy bien” y que “el listón lo van a dejar muy alto”.
Jordi Ferrer reconoció que algunas de las imágenes de torturas y palizas a ciudadanos civiles –tanto anónimos como reconocidos activistas en favor de los derechos humanos- son duras, pero consideró que es necesario ese impacto para que la opinión pública tome conciencia de la gravedad de lo que ocurre en la antigua colonia española. Así, recordó que las grotescas fotografías de torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib por parte de soldados norteamericanos eran de una dureza extrema pero dieron la vuelta al mundo y sirvieron para llevar ante los tribunales a algunos de los responsables de las atrocidades que allí se cometieron.
El título escogido –El problema– es una alusión al eufemismo que tanto marroquíes como los propios saharauis emplean para referirse a la ocupación del país sin emplear los términos “conflicto” o “invasión”.
La producción del documental se prolongó durante cinco años debido, entre otras cosas, a los problemas para acceder con cámaras a los territorios ocupados por Marruecos. “Es prácticamente imposible entrar, te expulsan”, dijo Ferrer, “precisamente por lo impactante que puede resultar lo que se graba”. Además, en la película se muestra una gran cantidad de imágenes de archivo, desde las visitas al Sáhara Occidental del por entonces príncipe Juan Carlos de Borbón y de Felipe González, que antes de su llegada al poder mostró su total compromiso con la causa, hasta escenas de la guerra que siguió al abandono de la colonia por parte de España.
Además de detallar cronológicamente los orígenes del conflicto desde la primera ocupación española hasta la actualidad, el documental aporta datos estremecedores como los tres millones de dólares diarios que le cuesta al Gobierno marroquí el mantenimiento del muro que aísla el Sáhara ocupado del resto del continente, una edificación de casi 3.000 kilómetros de largo (la segunda obra más larga del planeta después de la Gran Muralla China) custodiada por 100.000 soldados y defendida con minas, artillería y radares.
Asimismo, la película recoge testimonios de activistas como Aminetou Haidar y Hmad Hammad e imágenes de los efectos de las torturas que éstos han sufrido a manos de la policía marroquí. También aparecen periodistas, políticos y juristas españoles que se suman con sus palabras a una causa que –coinciden- no habría sido necesaria si España hubiera actuado con responsabilidad hace 35 años.