La película, dirigida por el español Javier Gómez, muestra en MiradasDoc las pésimas condiciones laborales y de salud de estos trabajadores
El director español Javier Gómez muestra en su documental Embarrancados las terribles condiciones laborales y de salud en las que viven las decenas de miles de hombres que trabajan en Bangladesh en los astilleros de desguace de grandes barcos procedentes del mundo desarrollado. La película, que se mostró el pasado lunes en el marco de la quinta edición del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc, es una producción de este mismo año para cuyo rodaje el director tuvo que sortear numerosas dificultades derivadas de la práctica imposibilidad de introducir sus cámaras en el interior del astillero de Chittagong, una provincia costera del país asiático.
El documental describe un día en la vida de dos de esos trabajadores –Johor y Salam-, uno joven y otro de mediana edad, ambos padres de familia, que se enfrentan a la cámara expresando en voz alta los pensamientos, preocupaciones y desesperanzas que les asaltan cada mañana, desde que a las seis comienzan a preparar una nueva jornada laboral en la que tendrán que seguir desmontando pieza a pieza, junto a otros 25.000 hombres, inmensos barcos de acero –500 al año, cargados de restos de combustible, gases tóxicos y piezas pesadas y cortantes- procedentes de países ricos que han encontrado en Bangladesh un destino en el que pagar muy poco por deshacerse de ellos.
Los trabajadores del astillero no tienen contrato ni, mucho menos, cobertura sanitaria; cobran el equivalente a tres euros diarios si prolongan su horario hasta más allá de la medianoche –desde las ocho de la mañana-; no cuentan con apoyo sindical y hay días en los que no pueden trabajar, ni por tanto cobrar, al no encontrar un ayudante con el que necesitan contar cada día.
Para el rodaje de Embarrancados, producida por Elegant Mob Films, Gómez contó con la colaboración de fotógrafos profesionales bengalíes a los que adiestró en el manejo de cámaras de cine. Ellos fueron los que se introdujeron en el astillero, la mayoría de las veces de manera clandestina en camiones o bien desde el mar en pequeñas barcas. Igualmente, fue necesaria la ayuda de ciudadanos locales para realizar el trabajo previo de selección de los protagonistas del documental, igualmente complicado.
A lo largo de los 52 minutos de la cinta se sigue a Johor y Salam desde que comienza el día hasta llegada la noche y se escuchan en primera persona frases estremecedoras que retratan sin más adornos la crudeza de sus vidas: “No podemos pensar más allá del día de hoy”, “desde que nacemos tenemos que luchar contra la pobreza”, “los que tienen suerte siguen vivos y los que no, mueren”…
Y las frases se suceden, entre la preocupación por la falta de dinero y la necesidad de llevar algo a sus casas para mantener la dignidad, la higiene y la educación de sus hijos, que acuden cada mañana al colegio y a los que no les falta un material escolar que sus padres adquieren con ingente sacrificio. Así, mientras cargan piezas de acero, baten vigas con mazas y desueldan tuberías llenas de residuos, comentan con calma y siempre descalzos: “Primero tratamos de seguir vivos y luego trabajamos”, “gane lo que gane, tengo que desayunar para tener fuerzas”, “¿cómo puede uno sobrevivir en un país con tantos problemas?”…
“Para hacer una película como ésta te tienes que quitar de encima conceptos como la conciencia medioambiental, porque eso son ideas que los protagonistas del documental no manejan”, indicó Gómez. “De lo que se trata con la película es de que nosotros comprendamos su dignidad, de hacerlos dignos a los ojos de nuestro mundo”.
La idea de realizar la cinta surgió tras una polémica de alcance mundial en torno al desguace del portaaviones francés Clemenceau R98. En el año 2005 el Tribunal Supremo de la India prohibió la entrada del buque en el país, donde iba a ser desmantelado tras ser dado de baja. La decisión se tomó tras una serie de protestas internacionales contra los desguaces sin control de navíos de este tipo, que contienen materiales altamente nocivos como el amianto.
Embarrancados, estrenada este mismo año, llega a MiradasDoc de la mano de su director, que se encuentra en Guía de Isora para impartir el taller formativo Producir documentales. Javier Gómez, que además de dirigir la cinta se encargó de la producción, el montaje, el guión, el sonido y la edición, destacó la consolidación del festival isorano en su quinto año y alabó la sección de Mercado, con la que MiradasDoc se convierte en punto internacional de compraventa de producciones de gran calidad. “Actividades como la de Mercado son fantásticas, y más en una situación de cambio en la que nadie sabe muy bien por dónde va a ir el sector del documental”, afirmó Gómez.