La película fue rodada en Guía de Isora por el director argentino Daniel Burmeister, que contó con vecinos del municipio como actores protagonistas
La plaza del centro cultural de Guía de Isora se convirtió en la noche de ayer, domingo, en el escenario en el que los isoranos pudieron contemplar a varios de sus vecinos protagonizar una peculiar y divertidísima comedia titulada Matemos al tío. El rodaje y el estreno de la película, dirigida desde el pasado mes de septiembre por el argentino Daniel Burmeister, se enmarca en la programación de la quinta edición del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc.
Algo más de 400 personas se dieron cita en la plaza para compartir carcajadas con la proyección de una estrafalaria comedia en la que los propios vecinos de Guía asumieron funciones de actores aficionados en la última de las más de 70 películas artesanales del argentino, que se confesó “nervioso” antes del estreno a pesar del gran número de veces que ha repetido esta experiencia, en la que el guión básico y la línea argumental se mantienen intactos. Sus nervios se explican porque pese a usar un guión conocido la experiencia siempre es inédita y las películas cambian según las condiciones del rodaje: el equipo de actores y el ambiente social y geográfico en el que se pone en marcha el guión, entre otros factores.
La película es una divertida comedia en la que unos parientes deciden asesinar a su tío para cobrar una herencia. Éste es uno de los cuatro o cinco guiones que suele utilizar Burmeister para su experiencia de cine artesanal. Cuando comenzó, hacía un guión para cada ocasión, explicó en su encuentro con el público el pasado viernes, pero luego entendió que podía tratar su experiencia como hacen en el teatro o el circo: montando obras que en su texto o planificación previa tienen una base común, pero que se transforman en su puesta en escena, al cambiar de escenario y de actores.
La experiencia de Burmeister con los vecinos siempre es especial, asegura el director, aunque finalmente todas tienen algo en común: la forma abierta y desprendida en la que aceptan su invitación a participar en un rodaje tan extraordinario. La de Guía de Isora es la primera vez fuera de su país. La situación ha dado lugar a numerosas anécdotas, la más llamativa, quizá, que todos los actores han acabado hablando en ese acento tan característico español austral. Esto es así no sólo porque Burmeister es contagioso, sino porque su sistema de trabajo no incluye el aprendizaje del guión, sino que en cada toma, el director dice al actor la frase que le corresponde y así, los actores repiten tal cual sus orientaciones, incluyendo el acento.