Daniel Burmeister protagoniza la ceremonia de apertura de la quinta edición del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora
“Cumplir cinco años es un aniversario que no puede desdeñarse”; la frase del director del Festival Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc Alejandro Krawietz expresa el espíritu con el que MiradasDoc alcanza su “mayoría de edad”, la de un proyecto cultural comprometido en ofrecer una visión “diferente, honesta y sin intermediarios” de la realidad social del mundo en el que vivimos y que alcanza sus primeros cinco años en esta edición.
El telón de MiradasDoc se abrió por quinta vez en el Auditorio de Guía de Isora anoche para dar paso, tras las presentaciones, a una película emocionante y que se recordará durante mucho tiempo: El Ambulante, un documental argentino, dirigido por Eduardo de la Serna, Adriana Yurcovich y Lucas Marcheggiano, que relata todo el proceso de rodaje de una película de ficción en la que actúan los vecinos de un pueblo de su país.
Antes, el público asistió a la presentación del programa, una selección exclusiva y de altísima calidad en la que 46 películas compiten en la sección oficial y otras tantas se presentan en las muestras informativas o proyecciones especiales. Junto a la agenda de proyecciones, un espacio creciente y pujante de Mercado, que ha hecho del festival un “vehículo de comercialización de un producto documental que sin MiradasDoc lo tendría muy difícil para darse a conocer”, destacó el alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín Domínguez.
MiradasDoc, que en cinco años “ha dejado de ser un festival de Guía de Isora para serlo de Tenerife”, según Martín, mantiene una “incercia de crecimiento” que se ha encontrado en su camino con la crisis, algo que “ha afectado esa inercia, sin mermarla, pero que ha hecho el trabajo más complejo”, subrayó Krawietz.
El Ambulante emocionó por su canto al cine artesanal, a la honestidad y a la magia de quienes deciden experimentar la vida como actores y no como espectadores de un juego que sienten ajeno. Lucas Marcheggiano, uno de sus directores, explicó al público presente la realización de un rodaje tan mágico y tan abierto como la propuesta que Daniel Burmeister, carpintero y titiritero transformado en director de cine, hace en cada pueblo por el que pasa: rodar una película con los vecinos a cambio del alojamiento durante un mes. Burmeister, que hace un mes se fundió con los vecinos de Guía de Isora para llevar a cabo su sueño en Tenerife, con la realización de la comedia Matemos al tío, se presentó ante el público como un vecino más, un amante del cine más que se suma a la sala de de proyecciones de MiradasDoc.
El valor de una emoción
La opción por el impulso de la cultura desde las administraciones públicas es una de los motores de este festival, que recurre a la cultura para dar respuestas adecuadas a las incertidumbres de la sociedad contemporánea, ahora más agudas para nosotros en este nuevo proceso que vivimos. La cultura es un espacio para encontrar soluciones, no sólo por la capacidad de generar ciudadanos conscientes y reflexivos, capaces de encontrar “salidas imaginativas a problemas complejos”, dijo Krawietz, sino porque es un trabajo esencial para el desarrollo, como el que se genera desde el Mercado. Se trata de “hacer esfuerzos”, comentó el alcalde, quien intentó responder a la tópica pregunta que cuestiona cuánto dinero público se emplea en el festival: “¿cuánto valen las emociones que pueden transmitirse a través de un documental?”, se preguntó el edil, “¿cuánto vale la formación y el enriquecimiento personal que aportamos a los jóvenes que se preparan en los talleres?, ¿cuánto que Guía de Isora sea conocida fuera de sus fronteras de la mano de una iniciativa cultural de este calibre?”
El Festival es también un espacio único de formación que aspira a crecer después del éxito que en las últimas ediciones ha cosechado la propuesta pedagógica de MiradasDoc, empeñada en extender el conocimiento del cine documental entre todos los sectores implicados en esta área de la producción cinematográfica, desde los profesionales que se inician hasta un público que está descubriendo el género. Talleres a cargo de expertos internacionales, un espacio con el público más joven –EnseñanDoc-, formación específica a los estudiantes de imagen y sonido del Archipiélago –DocExprés- constituyen el programa formativo MiradasDoc.
Krawietz destacó la exclusividad y calidad de la selección de las películas que se presentan a concurso en la sección oficial y la calidad “muy, muy alta” de las películas que se presentan en las muestras informativas. El director de MiradasDoc subrayó la presencia del director australiano David Bradbury, que recoge este año el premio “Mirada Personal”, uno de los “fundadores del documental”, desde la guerra de Vietnam, autor de películas de rigor en condiciones de riesgo.
La apertura del telón da comienzo a nueve días en el que la asistencia al festival permite palpar el latido del planeta, de las heridas y las ilusiones de otros pueblos y otras gentes del mundo que se citan en este municipio del Sur de Tenerife cada primera semana de noviembre para ofrecer lo mejor del “cine que interroga a la realidad desde la realidad a partir de un ejercicio de observación: el documental”.
La Cinemateca del Sur ofrece a través del Focus América y Focus África un recorrido por el documental que se hace en Níger, uno de los países más pobres de África, con una escuela documental muy potente, y por las manifestaciones más novedosas del género en Cuba, según las inquietudes de los más jóvenes. La muestra Punto de Vista ofrece una selección de la obra de un director arriesgado, el australiano David Bradbury, que recoge este año el premio Mirada Personal. La sección el Documental en Tv está dedicada en esta ocasión al trabajo de la BBC.
Además, esta quinta edición de MiradasDoc ofrece al público otros asuntos diversos y plurales: las necesidades y dificultades de los pacientes del mal de Alzheimer y sus familiares, la problemática del Sáhara Occidental, el autismo, la ineludible referencia a las condiciones de vida de la mujer en todos los continentes y culturas, las expresiones culturales del hip-hop en el mundo, a un tiempo globales y en búsqueda de una vía que permita expresar la singularidad de cada pueblo, la afición a la música y los modos en que se acercan a ella en otros territorios, el placer de la gastronomía, las duras condiciones laborales de trabajadores en Asia y los retos que implica la opción sexual de gays y lesbianas son algunos de estas propuesta.