Sala de prensa

“La medicina extremadamente tecnificada y burocratizada debe dar paso a una relación médico-paciente basada en la confianza y la amistad”

 Francisco José Alarcos Martínez propone un concepto de la salud basado en dotar de sentido a la vida de los pacientes

 “La medicina hipertecnificada e hiperburocratizada debe dar paso a una relación médico-paciente basada en la confianza y la amistad”. Así se expresó ayer el teólogo director de la Cátedra Andaluza de Bioética y del Máster de Bioética de la Universidad de Granada, Francisco José Alarcos Martínez, durante su conferencia Bioética y salud en el salón de grado de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna (ULL).

La de Alarcos Martínez es una de las ponencias del curso La bioética: ciencia y conciencia en la sociedad plural, dirigido por Emilio Sanz Álvarez, catedrático de la ULL, decano de la Facultad de Medicina y director Académico del Máster Universitario en Bioética. El seminario está organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) dentro de su programa de Cursos de Primavera en colaboración con el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC).

Alarcos Martínez propone una concepción de la salud como biografía, en la que dotar de un argumento que dé sentido a la propia trama de la vida es esencial para vivir sanamente todas sus circunstancias, incluida la de la enfermedad y la de la muerte. Según esta concepción, que el propio experto está desarrollando en los últimos años, “cuando estamos enfermos, no hemos encontrado argumento para sostener la trama de nuestra vida. Estamos sanos cuando somos capaces de narrar nuestra vida con un sentido”.

La conquista de la salud, entonces, será un proceso en el que la persona será capaz de encontrar el argumento que dé sentido a su vida, por tanto, propone el teólogo, “hay que hacer una pedagogía de la salud en clave biográfica”. Este concepto de la “salud biográfica” lo contrapone Alarcos a los conceptos filosóficos que anteriormente han sostenido la idea de la salud y la enfermedad en la medicina occidental y, especialmente, al vigente todavía: la idea de la salud como bienestar, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948.

La idea del bienestar como señal de salud y del malestar como signo de enfermedad fue acuñada por la OMS con un criterio político sostenido en lo económico, explicó el profesor, cuando se estaba creando el estado del bienestar, resultado del pacto entre democracia- cristiana y socialdemocracia durante la restauración de Europa después de la II Guerra Mundial.

La idea de la salud como un bienestar al que se tiene derecho ha conducido, según el experto, a una “búsqueda infinita e ilimitada de bienestar que está deteriorando la relación médico-paciente”, en la que el médico ha dejado de ser el que acompaña los procesos del enfermo para convertirse “en un dispensador de fármacos que generan bienestar”.

Esta dinámica, insostenible, junto a las críticas a una concepción ilimitada del crecimiento enunciadas a partir de la crisis de los 70, dieron lugar a la extensión a la medicina de la idea de la sostenibilidad, de forma que se concibió la salud como los procesos que hacen sostenible la vida y la enfermedad como los que aparecen cuando ésta es insostenible en los términos en los que se desarrolla.

Alarcos confesó “haber caído en la trampa de la salud sostenible”, un concepto que actualmente objeta con la misma fuerza con la que rechaza la propuesta de la salud entendida como bienestar, algo que considera una “milonga” y una propuesta “utópica”.

Antes de hacer su propuesta de “salud biográfica”, el profesor hizo un recorrido por otras concepciones históricas, como la judeo-cristiana, en la que la salud y la enfermedad eran gracias o desgracias otorgadas por Dios, de forma que tenían un componente moral, como premio o castigo por un comportamiento determinado.

A esta concepción se contrapone la naturalista, que alimenta la medicina hipocrática, en la que la salud y la enfermedad resultan del mantenimiento o la ruptura del orden natural, lo que lleva a los pacientes a ponerse en manos de un sabio que conoce las leyes de la naturaleza, el médico. Finalmente, antes de la idea del bienestar, la propuesta moderna, hija de la Ilustración, planteaba la salud como un estado de dicha en el que el individuo es capaz de elegir las circunstancias de su vida.

En el comienzo del siglo XXI, “hay que empezar a hablar de la salud en otra clave, porque el ser humano es el único animal del planeta capaz de gestionar valores”,  propuso el teólogo. ¿Quién soy? ¿Qué me cabe esperar? Son dos de las tres preguntas esenciales propuestas por el filósofo Kant que caben en la definición de la salud biográfica propuesta por Alarcos.

En la repuesta a estas preguntas participan tanto el paciente como el médico y el equipo sanitario en general –enfermeras, auxiliares, psicólogos, trabajadores sociales de los centros sanitarios- de forma que el médico debe acabar conociendo la vida completa del paciente. Esto supone un cambio sobre el enfoque actual de los profesionales de la medicina, “que se preocupan por los síntomas, pero no por conocer a sus pacientes”.

El curso La bioética: ciencia y conciencia en la sociedad plural  está destinado a todos los profesionales cuyo trabajo se vincula al ámbito de las ciencias de la salud, de la ética y antropología filosófica, el derecho, a la filosofía moral, a la sociología, y otros ámbitos, que deseen establecer un criterio dialógico en una sociedad plural en la que es necesario preguntarse y proteger el bien de lo humano.

viernes
29
mayo 2009
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